La promocionada marcha por la inseguridad que juntó unas 10 mil personas en Plaza de Mayo llevó serenidad y sensatez al reclamo de pena de muerte que en boca de algunos famosos habían instalado, pero a su vez replicó una dura crítica a la inacción del gobierno de Cristina Kirchner.

El reclamo fue de "seguridad" y "justicia". De espaldas a la Casa de Gobierno y con la presencia de familiares de víctimas de la delincuencia y de representantes de ONG´s, los oradores, el rabino Sergio Bergman, el sacerdote Guillermo Marcó y Emir Jandic, del rito islámico, buscaron aquietar las aguas en el reclamo de pena capital, hablando de justicia, de “ley” y de no pedir “más muerte”.

Bergman, un orador enviadiable, -tras pedir un minuto de silencio por la memoria de las víctimas-, afirmó que en el acto había "una Argentina ciudadana que vuelve a nacer". "En esta histórica plaza, 200 años después, está el pueblo, que sabe de qué se trata. La inseguridad no es una sensación, es un flagelo de nuestra sociedad", expresó Bergman.

El representante de la comunidad judía pidió a la comunidad, y en especial a los jóvenes, que se involucren como ciudadanos y que no sólo reclamen por sus derechos sino que cumplan con sus obligaciones. Y apuntó al ex presidente, Néstor Kirchner: “Hay una Argentina que puede ser república después de Néstor”.

"No aceptamos que digan que reclamar seguridad es de derecha o mano dura. Los derechos humanos no son ni de izquierda, ni de derecha. Sino un derecho onstitucional", expresó Bergman en Plaza de Mayo.

Por su parte, Marcó indicó que en la actualidad "los delincuentes han instaurado la pena de muerte, cuando matan por 20 pesos" y apeló a encontrar caminos para evitar el odio.

"Como sociedad nos invade el odio y eso no sirve para nada. Hay que convertí el odio en participación cívica, para cambiar las cosas desde la ley y no desde la violencia", sostuvo, en un claro mensaje contra la pena de muerte.